Hay personas que, sin tener una gran
capacidad, poseen fabulosas dotes de “metidas”
y así, apareciendo donde menos se les espera, logran tal vez conseguir a por lo
menos uno que lo apoye, que lo recomiende, y ahí, como pelota de nieve, creciendo
con el tiempo. Hay otras en cambio que, más que sobradas en méritos, no son muy
partidarias de andar mostrándose y pareciera en cambio como si les gustara la
soledad y hasta el anonimato. Y no lo hacen porque sean pagadas de sí mismas y
se crean por encima de todos, razón por la cual, siendo seres superiores no
quieren alternar con el resto de mortales profanos. No. Ellos son así y tal vez
sin proponérselo logran triunfos porque es tanta su calidad, que pese a lo
relatado, logran destacar.
MANUEL DAGOBERTO ALEMÁN MONTERREY,
perteneció a este último grupo de personas. Realmente el que pertenece a una
agrupación siempre tiene que estar posando en segunda fila, y así las cosas,
los cantantes de cualquier orquesta de estos países sudamericanos, iban en
renglones secundarios, es decir: no Manolo Monterrey con la Billo’s Caracas Boys, sino Billo’s Caracas Boys
canta: Manolo Monterrey, y esto último en letras pequeñitas de aquellos discos
de 78 cuya etiqueta no daba para más.
Manolo Monterrey tenía un temperamento
algo extraño. No, no era pedante, ni mucho menos grosero. Era de poco hablar y
generalmente sugería que entrevistaran a otro “porque ya yo estoy fuera de
circulación, chico”, cosa que hizo en la última vez que estuvo en Barranquilla y
venían otros de la farándula venezolana, allá por 1994. En la vida de Manolo no
hay consignadas giras espectaculares, porque ya dijimos que era cantante de una
orquesta, de la cual llegó a ser estrella pero no era solista.
Manolo tuvo un inicio
extraño, pues hasta en eso se diferenció de sus colegas. Llegó a Venezuela en
1939 contratado por Nicolás Vale Quintero que era el director de Ondas del Lago
de Maracaibo, pero no fue contratado como cancionero célebre sino como
acompañante de Las Guaresitas, Elvira y
Alicia Reynoso, formando un trío y Manolo acompañando una guitarra que entonces
medio “rascaba” y según sus propias palabras, se hacía pasar por mexicano y
hablaba a la perfección como cualquier ranchero. Muchos se asombran cuando
cuando saben de las dotes histriónicas de Manolo, pero no tiene nada de raro,
solo que es poco conocido por lo que ya se dijo de él, que no era muy
comunicativo. Antes de irse para Venezuela, en Cuba formó con Esteban Mancipe y
Flor Robayo, una especie de grupo de teatro, tocaba él la guitarra y actuaba
encarnando bobos, borrachos, homosexuales, chinos, gallegos, etc. Prácticamente
lo mismo que hizo ya en las orquestas cuando llegó a ellas y que al final lo
saturó tanto que aprovechando un viaje por tren cuando estaba con Los
Melódicos, tomó una maleta y la botó. Se armó el lío, claro que no apareció.
Esa era la maleta donde Renato le guardaba los disfraces con los que se
caracterizaba de lo que fuese. Con Las
Guaresitas hizo buena labor, pero no contaban con su astucia, no la del Chapulín
Colorado, sino la de Nicolás Vale Quintero quien se enamoró de una de las
chicas, Elvira, y se casó con ella. Siguieron Alicia y Manolo, cuentan que
contrataron otra, pero el espectáculo no duró sino unos pocos meses más. Ahí
entonces comienza verdaderamente la carrera de Manolo, pues cuando llegó a
Billo’s ya tenía experiencia con orquestas grandes, pues el mago de música
popular, Luis Alfonzo Larraín vio en él condiciones y lo llevó a su orquesta
donde hizo presentaciones en vivo pegando temas como “PELOTA”, alcanzando a
grabar posteriormente “A GOZAR CON CHANGÓ”, y efectúa su primera grabación
comercial: “QUÉ TE PASA” el bolero rítmico de Pedro Flórez, que curiosamente también fue lo
primero que grabó Daniel Santos. Formó
también un trío con Rafa Galindo, que era la primera voz y con el baterista
Pablo Mijares de quien confiesa haber aprendido mucho, porque no se crean como
la mayoría que Manolo era un simple cantante. Estando con Los Melódicos, era el
brazo derecho de Stelio Bosch Cabrujas, quitando aquí, añadiendo acá,
modificando aquí para que los números especialmente los que había grabado Billo’s,
salieran con toda la fidelidad del original, pero con toques modernos. Manolo tocaba además batería, era un gran
percusionista, tocaba el bajo y “algo tecleaba el piano” como él decía. A la Billo’s llegó a finales del 45 comienzos
del 46, reemplazando a su gran amigo Víctor Pérez quien iba a formar, y en
efecto formó, una orquesta. Fueron doce
años con Billo’s en los que resultó
primerísima figura. Estuvo luego con la Sonora Caracas y la agrupación mayor de
Carlos Guerra, con Chucho Sanoja, y luego con Los Melódicos para no citar sino
lo más destacado. Cuando Renato buscó a Rafa y tuvo a los vocalistas que habían
sido deBillo´s , el artista dominicano estuvo
buen rato contra las cuerdas, y desde entonces ya Billo’s no era el emperador
absoluto porque cuando menos esperaba soplaba “el Ciclón Antillano” Manolo
Monterrey en temas hasta de su inspiración, porque también componía, como el
caso de “BONIFACIO” que fue éxito insuperable.
Como se ve no he querido hacer lista de
canciones porque aun sin hacerla me he extendido demasiado, y es que de Manolo
no es posible hablar, siquiera por encima, sin llenar y llenar cuartillas. Sólo
quisimos hacerle un escrito al cantante que lo merecía, inclusive de una pluma
mejor que yo, pero como esa pluma no la hay o por lo menos no quiso aparecer,
me fajé yo. Sobra decir que desde cuando ingresó a la Billo’s, sus temas todos
se bailaban y la opinión era: para boleros, La Sonora, pero para guarachas la
Billo’s con Manolo Monterrey.
Y así con las demás orquestas con las que
actuó y con las que nos regaló 60 años de alegría, pues estuvo “neceando”(decía
él) hasta sus últimos meses. Nacido en Santa Clara Provincia de Las Villas el
10 de Marzo de 1917 y fallecido en Caracas, Venezuela, el 25 de Agosto de 1997,
MANOLO MONTERREY debe estar entre los más grandes soneros del continente y
conste que le tocó ser contemporáneo de vocalistas de alta calidad, como Daniel
Santos, Miguelito Valdés y Benny Moré para no citar sino tres. Y con todo eso,
cuando “soplaba el ciclón” todo mundo paraba la cola, porque Manolo fue grande
entre grandes aunque algunos todavía crean que unas imitaciones eran dignas de
comparársele. MANOLO MONTERREY donde quiera que Dios te tenga, que goces de lo
lindo con todos esos músicos y cantantes que se fueron antes que tú y que ahora
te tienen para ellos solos.
Don Álvaro. Por casualidad mientras buscaba algo de Promesas de Cumbiambera no se como llegué a su blog. Estoy leyendo un poco en desorden sus entradas y me alegro de haberlo encontrado. Muchas gracias. Henry Cárdenas
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