
Inicialmente se trabajó con las canciones conocidas, con los álbumes
ya difundidos, pero haciendo el espulgue porque esos LP tenían 12 canciones de
las cuales 10 le decían a la mujer cosas preciosas: “ángel mío”, “estrella
adorada”, pero las otras dos la embarraban y no se podía hacer ese obsequio. El
disco de 78 sirvió mucho en sus tiempos, porque era más barato y más fácil para
hacer la elección. Luego fue el de 45 y finalmente, las disqueras tomaron en
cuenta la fecha del amor y la amistad para hacer reimpresiones de temas muy
escogidos, todos desde luego homenajeando al bollo, nada de despechos,
traiciones, ni cosas así. Pero lo que hace referencia a la amistad, como quiera
que se involucró con el amor, entonces el disco pasó por una sequía tremenda,
ya que antes que Roberto Carlos hiciera su poema sobrado de lote, su excelente
canción que conquistó al mundo con su sentida lírica, que tuvo hasta la rara
virtud de hacer cantar a un Pontífice, antes de eso, la amistad no estuvo muy
bien parada como tema para las canciones. El asunto no es que no se pueda
regalar un disco a un amigo, no, usted puede regalarle lo que sea, siempre que
al amigo le guste, incluyendo el fuelle claro.
De lo que se trata es de comentar independientemente que se le dedique
un día para loarla, no había corrido con suerte en las pastas
fonográficas. Más aún: había sido
combatida, cuando no negada y las concesiones que se hicieron antes de Roberto
Carlos, fueron mínimas y para circunstancias muy especiales. Veamos:
“Me dijo así, yo soy tu amigo fiel/ y en su palabra de honor yo
confié/.En él creí, porque jamás pensé/ que me robara el amor que yo soñé./
Amigo, vaya un amigo…”(1)
Sí, la cosa no era para menos con un cipote amigo así, cuando no solo
sobran los enemigos sino que es como para pedir en escabeche la cabeza del que
inventó el día de la amistad. Luego, tratando de conservar en todo lo posible
el orden cronológico y haciendo la salvedad que se referencia solo las más
famosas, pasemos a otro tema en el que el amigo se porta bien, siempre con la
hembra por el medio: “Cada vez que yo te miro se te forman en los ojos/un
guiñito muy bonito para mí/ y cuando bailas conmigo me cae una nerviosidad,/ y
te juro vida mía yo te tengo que
apartar/ y es porque tú eres novia de un viejo amigo mío/y piensa qué sería si
te llego a enamorar”( 2) . A diferencia de lo que le había ocurrido a Rafael
Hernández, relatado por Leo Marini, al Bobby Capó le tocaba en su canción
renunciar a una chica que se le estaba insinuando, que le bailaba zampao y
todo, sin importarle maldita la cosa que el novio fuera un buen amigo del tipo
a quien estaba provocando. Viene con posterioridad lo que siempre consideré un
plagio, en aquella ocasión de Salustiano que Nelson Pinedo vocalizó así: “Cada
vez que yo te veo me dan ganas de correr/ a darte un beso en la boca y
abrazarte con placer,/ pero tu novio es mi amigo, y eso no lo puedo
hacer/porque a veces un amigo vale más que una mujer/”( 3). Pero con la
excepción de estos dos buenos, dos fieles amigos, porque así son los títulos,
llega un “amigo mío” a tirarse la plata e’ los quesos cuando sabemos por boca
de Orlando Vallejo la jugada que hizo: “Un amigo mío, a la que yo un día llevé
hasta el altar/, un amigo mío en mi propia casa me vino a robar,/ yo no tengo
ira, sino la amargura de un escalofrío,/
quienes me envenenan de sucia mentira/ son mi propia esposa y un amigo mío”(4).
Mire Ud, que empero, surge otra canción y parece ser que “el amigo mío” le
encarga a Arty Valdés que finja de abogado para que justifique aquella mala
acción y cuando ese texto se conoce, uno sin absolver al canalla que se robó a
la hembra, comprende que es que el
esposo tampoco era ninguna “palomita de la Virgen”, cuando Orlando Contreras
vocero de la defensa grita: “Amigo de qué?”
“No sigas diciendo que un amigo tuyo/ y tu propia esposa mancharon tu
hogar,/ confiesa cobarde que esa era una deuda/ que tarde o temprano tendrías
que pagar./Ella era mi novia, que tanto quería,/ una tarde ingenuo te la
presenté/ sentiste envidia al verla tan linda/ cómo siendo pobre yo la
conquisté/. Desde aquel instante a espalda cobarde/ como tenías plata le
ofreciste más…”(5). Entonces se descubrió el pastel que hubo tumbada del caballo en un episodio en el que
realmente la que quedó peor parada fue la vieja aquella que primero dejó al
novio porque el otro tenía billete y después decide tranquilamente “quemarle la
chaqueta” y volver con su antiguo amor. Qué desastre, qué horror! Con semejantes antecedentes no es
de extrañar que cobrara actualidad una vieja página de Espí con el Conjunto
Casino en la que decía tozudamente. “Ya yo no creo en nadie, ya no creo en
amigos, no hay, no hay, no hay amigos.(6)” Y que también se reactualizara lo
que Matamoros había dicho de la amistad, muchos años antes de los episodios
relatados, cuando el “chino” Miguel considera que “el único amigo es el billete
en el bolsillo” cuando el trío hizo su gustado tema “A mis amistades”(7). Y más
cerquita del acontecimiento del “amigo mío” ,Alberto Beltrán tuvo que poner en
acción su poderosa voz para cantar: “No hay amigos, ni hay amor, no hay
sinceridad”(8) .Como se puede apreciar fue sabio quien fundió las dos cosas en
una porque la relación es notable para bien o para mal. Cuántas amistades han
terminado por un amor! Cuántos amores han terminado por una “amistad”. Y
también hay amores que han discurrido felices en hogares admirables, uniones
propiciadas por buenos amigos, esta vez sin comillas, porque si las hubiera que
marcar sería en la parte correspondiente a esos esposos que después no se
acuerdan más de los amigos que les
relacionaron. Y no me friegue! También hay amistades que se han
producido por un amor .No, no me refiero
a esa papeleta que nunca me he tragado que, “podemos ser amigos ya que no
podemos ser otra cosa”.Vé! Tampoco aquello que “sigamos como amigos, después de
haber llegado “ hasta donde el cepillo no toca” .Ni de vaina. Yo cito es por
ejemplo que Ud tenga su bollo, yo sea amigo
del hermano de ella y ese su cuñado me lo presenta a Ud y lleguemos Ud y
yo a ser unas llaves increíbles! Por eso no
me tragué el cuentecito de Bienvenido Granda y René Hernández cuando
tirándoselas de pendejos decían: “Me he convencido, que solamente seré tu
amigo/ me he convencido que de tu parte nunca habrá amor”(9). Puro cuento. Eso
ha funcionado un poco de veces, que el tipo tirándoselas de amigo quiere pedir
pista para seguir gallinaceando con resultados muchas veces positivo, como lo
revela Claudia en la lírica de Miguel Fernando: “Cuando te conocí, cómo iba a
saber/ que por ti sentiría algo más que amistad/ Ya no eres mi amigo eres mi
vida/(10)… La verdad es que solo Pablito Cairo les hizo un regalo musical, y
encomendó a la tremenda Celia Cruz para que se los entregara “a todos mis
amigos, de Cuba en general/ también a los colegas de América Central/ guaguancó
de mi Cuba yo les quiero aquí brindar(11).”
(1).AMIGO Leo Marini.
(2).FIEL AMIGO Bobby Capó
(3).BUEN AMIGO Nelson Pinedo S.M.
(4).UN AMIGO Orlando Vallejo
(5).AMIGO DE QUÉ Orlando Contreras
(6). NO HAY AMIGO Conjunto Casino, Roberto Espí
(7). A MIS AMISTADES Trío Matamoros
(8).NO HAY AMIGOS Alberto Beltrán
(9). SERÉ TU AMIGO Bienvenido Granda René Hernández
(10). YA NO ERES MI AMIGO…Claudia
(11). A TODOS MIS AMIGOS Celia Cruz S.M.