No le gustaba que a su
nombre artístico que es el mismo con que la llevaron a la pila bautismal en
la Iglesia de Nuestra Señora de las
Gracias de Torcoroma de Ocaña, le adicionaran sus apellidos.” Yo soy Yolanda
la cantante y punto”. Muchísima menos
gracia le hacía que la mencionaran en diminutivo y por ello todavía hoy, no
puedo evitar una sonrisa cuando escucho a algún locutor anunciarla “Yolandita
de Colombia”. Si el pizco supiera ( y ahora lo va a saber ) lo que le revienta
a Yolanda además de que empequeñezcan su nombre, esa vaina dizque de Colombia.
De ahí que respetuoso aun de sus ideas
me ocupe solamente de su nombre a pesar de conocer a pesar de conocer sus dos apellidos.
Terminaba 1970, era el furor de la balada que cimentaba su popularidad en
prestigiosos nombres artísticos, intérpretes de gran valía en ambos sexos. Fue
para entonces cuando a Pacho Zapata se le dio por lanzar a una cantante por la
que nadie daba el mínimo pronóstico de éxito. Dicen por ahí que unos cargan la
fama y otros cardan la lana. Los costeños tenemos fama de “mamadores de gallo”
pero hay que ver y oír a los cachacos que nos tildan de tal. A Pacho Zapata sí
que le jodieron la vida en aquella ocasión. Yolanda no había cumplido los 15
años y en Codiscos decían que más guitarras eléctricas y organetas necesitaba
biberones. Cuando hay en la palestra una Carmenza Duque, cuando doña Yolima
Pérez tenía éxitos en el mercado, cuando misiá Claudia empezaba a bombardear
con sus primeros temas “Llévame contigo” y “Momentos”, se necesitaba estar
medio sollao para pretender que una niña
les moviera el piso. Pero la ocañerita no se dejó amilanar nunca e igual que
después no le anestesió la adulación, tampoco en aquella época la desanimó la
“mamadera de gallo” cachacona. Logró por lo menos grabar, pero no estuvo bien
programada y aunque su intervención gustó, quedaron algunas dudas. Para
acabarla de embarrar. La invitaron a un programa de televisión que tenía Hilda
Strauss ( Si lo sabe cante ) y allí el difunto tenor Régulo Ramírez y Juan Peña
la despedazaron. Personalmente siempre creí que aquello fue “fríamente
calculado” y aunque Yolanda que no se mordía la lengua precisamente, explicase que
“ lo hice intencionalmente para probar la dureza del piso”, la verdad es que se cayó. Y cualquiera
se hubiera caído, cualquiera de un poco más de 15 años que se le acribillase
con canciones de Guillermo Buitrago, José Barros y Lucho Bermúdez; pero estaba
escrito: Yolanda tendría que ser una mujer excepcional y una cantante de gran
calidad, cuando la semana siguiente para tapar la boca de tanto hablador, la
ocañera pidió la revancha, como cualquier estudiante de carrera profesional que
se respete que ve aproximarse un parcial Yolanda estuvo entregada al estudio de
la música vieja de la costa y en aquellos siete días si durmió 24 horas fue
mucho. Y qué pasó? Que en ese programa reventó a sus contrincantes y no
contenta con esto dejó mal parado al trío de los Jaimes que no pudieron
acompañarla en una canción que les pidió y hasta a la animadora a quien fulminó
con preguntas sobre Campo Miranda y Estercita Forero, sacándose el clavo cuando
le dijo en medio de su fresca risa: “Ud. Dizque no es barranquillera pues?” A
una muchacha así hay que tomarla en cuenta; sin embargo la cosa no era tan
mamey y a alguien en la disquera se le ocurrió decirle tontamente:” oiste vos
Yolandita”-“ A mí no me diga Yolandita carajo”.-“ Bueno doña Yolanda qué piense
vusté aportar para el éxito de nuestros
discos pues”-“ voy a aportar un granito de arena”-“ Eh, Ave María hombre por
Dios, con esos aportes sí que estamos lucidos hombre”. Mi difunto hermano mayor
se extrañaba una vez que le rechazaron un aporte similar y decía todo cabrero:”
que un granito de arena no es nada, Vé, zámpatelo en un ojo pa’ ve que te
pasa”. Y más si usas lentes de contacto añado yo. Bueno, el granito que aportó
Yolanda se zampó no en el ojo sino en el oído del público colombiano e hizo su
efecto:” Granito de arena/cachito de pena/ así era tu amor/. Lucero chiquito/
barquito sin vela/ así era tu amor/”… Y entonces se produce una sucesión de
triunfos, una secuencia de éxitos dentro de la línea de moda que no solo
echaron por tierra todos los vaticinios pesimistas, sino que situaron a Yolanda
al lado de las grandes. Vaya paradoja: la pequeña Yolanda entra a aquel medio
campo, y mire Ud que doña Yolima y misiá Claudia tuvieron que esforzarse ante
el tren de juego que impuso la virgoniana de Norte de Santander. Porque Yolanda
hizo lo que ninguna de las cantantes jóvenes había hecho hasta entonces y que
solo realizó Isadora cuatro años después: hacer versión moderna de una canción
vieja guardia y pegarla y venderla más que la original:” lo nuestro terminó/
porque tú me engañaste/ tu olvido me
enseñó…” Este consagrado tema del jibarito Noel Estrada, que grabó el trío
Vegabajeño en 1947 tuvo su segunda época en el 72 con la exquisita cantante
colombiana quien no contenta todavía y deseando erradicar definitivamente las
dudas( dudas que solo se basaban en su corta edad ya que nadie puso jamás en
tela de juicio sus capacidades ) se lució interpretando la inmortal Canción del
alma del maestro Hernández que en el concepto de muchos comentaristas entre los que me incluí, superó
la versión de María Luisa Landín:” yo sé que tú comprendes/ la pena que hay en
mí/ que estando yo a tu lado/ se acaba mi sufrir… y logró definitivamente
sitial de honor cuando reconquistó mercados para temas tan antiguos como En un
beso la vida, Plazos traicioneros, Corazón y Si no eras para mí. Era un caso
extraño: Colombia tenía una vocalista de gran madurez en la persona de Yolanda
que no había cumplido aún los 17 años. Posteriormente fue la primera en
presentir que la balada como canción romántica tenía los días contados. Hizo un
receso y se dedicó a desintoxicarse de ye yé y go gó. Estudia mucho y como
tenía gran facilidad para asimilar los aires tropicales, reaparece con un
cargamento de temas costeños que hacen furor: revive la expresión autóctona de
la puya y el porro; el merengue y la cumbia encontraron al fin la intérprete
que esperaban hacía tiempo. Hoy he querido hacer evocación que actualmente sin
llegar a 59 años, tiene la pendejadita de más de cuatro décadas de exitosa
carrera y además puede ufanarse de haber triunfado en dos modalidades
diametralmente opuestas, cosa que no solo en Colombia sino en el mundo son
poquísimos los que lo han hecho y al revés , ancianos ya, todavía andan en los
escenarios, aun en el retiro y a su edad actual no me sorprende que ella corone
cualquier empresa de otro tipo que acometa porque la ocañera es tenaz y como lo
dice en uno de sus éxitos “lo que me gusta tengo con toda seguridad”.
Y dondr está Yolanda en la actualidad. Quisiera saber qué hace, se casó, dónde vive etc.
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